fuimos acuérdate de aquel invierno y sus cartas mojadas de la estación donde los trenes no se detenían jamás y aquellos sueños los tuyos y los míos atados con un hilo de plata a la boca del aire
fuimos ahora lo sé dos lombrices dentro del útero de mamá un paisaje que no crece o aquella curva que se hizo cicatriz en la memoria
fuimos adelanta un pie y luego otro y siéntate junto a mí porque fuimos hermanas o la terminación nerviosa de un poema
fuimos dos sombras aladas buscando el sol dos agujeritos felices
fuimos sin molestar a nadie sin hacer ruido trabajando en nuestras heridas sin descanso abonando la liturgia de Dios con sangre menstrual y pan solas y desamparadas dentro del frío un temblor
eso fuimos apenas una rama única que se estremece que no se queja y sigue caminando a pesar de las piedras y el dolor de espalda a pesar del pecado que no cometimos y esa espina clavada en el corazón que no se quita que no se quita